El
panorama electoral en estos momentos nos muestra a Keiko Fujimori estable en el
primer lugar con una intención de voto de 34%. La candidata de Fuerza Popular
parece haber conseguido un voto duro de más del 30%, pero aún está muy lejos del
50% que ella quisiera para poder ganar las elecciones en primera vuelta.
Aquí
es donde empieza la disputa por el segundo lugar, y quien acompañaría a Keiko a
segunda vuelta. Por ahora PPK ocupa la segunda plaza con 17% mientras que hay
un empate técnico por el tercer lugar entre Alfredo Barnechea que tiene 13% y
Veronika Mendoza con 10%.
Desde
la salida de Julio Guzmán, el llamado a ser el salvador del Perú, de la
contienda electoral muchos de sus electores, que en mayoría son jóvenes que
buscan “nuevas opciones” posicionándose con PPK y con Alfredo Barnechea.
La subida en las encuestas de Veronika
Mendoza pueden ser los votos de Cesar Acuña que recayeron en ella porque dudo
mucho que los seguidores de Guzmán hayan ido con Mendoza ya que ella califico
como “más de lo mismo” al candidato de Todos por el Perú.
Y también porque se muestra como la
opción revolucionaria para los jóvenes, ir al Amazonas a hacer presencia, y
criticar, sobre el derrame de petróleo que hubo, influyó mucho en la
perspectiva del elector.
Ahora
se está haciendo una campaña “Anti-Keiko” con las marchas denominadas “No a
Keiko”. Sus mítines están siendo saboteados por gente de otro partido, como
sucedió en Arequipa.
A
lo que voy es que es bien sabido que en una lógica segunda vuelta ya sea con
PPK o Barnechea. Keiko lleva las de perder claramente. Caso contrario ocurriría
con Veronika Mendoza que por sus conocidos acercamientos con Nadine Heredia
tiempo atrás y por su cercanía al modelo de gobierno que hay en Venezuela al
que ella llama “democracia”.
Quiero
creer que la gente optaría por Keiko que por Veronika con el temor de que el
Perú llegue al nivel en el que estos momentos atraviesa el pueblo venezolano.
Faltan
18 días para las elecciones y lo único que se pide a la población es que piense
mejor su voto y vea que es lo mejor para el país. Dejemos de lado la excusa del
mal menor. Ya perdimos 5 años por usar ese argumento con Ollanta Humala. El
país no progresó, se estancó, las inversiones se alejaron, la inseguridad
aumentó de manera descomunal, se crearon programas sociales innecesarios y todo
por el bendito argumento del mal menor.
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